El pulso común

"Transversal" Con Pedro Javier González, Guillem Aguilar y Trilok Gurtu (2012)

 

 

En las dunas, millones de átomos de tierra perdida se unen misteriosamente para formar un cuerpo común y viajar juntas. Uno no sabe si es el viento quien las empuja o es la misma duna la que se desplaza sola, como dueña de una misteriosa voluntad propia y consciente de un destino eterno de pueblo migrante. Las dunas saben que ningún lugar es para siempre, que en la movilidad reside la única fertilidad posible. La tierra se mueve, los planetas danzan entre ellos a un compás colectivo, que es el mismo que secuencia la vida orgánica de la que nacemos. 

El ritmo es la única médula transversal a todas las músicas, la corriente eléctrica común que activa los acentos. Entre los músicos siempre buscamos “la tierra” para saber dónde está el uno del compás sobre el que estamos tocando, cuál es nuestro lugar de encuentro para iniciar el viaje hacia el juego del ritmo. En “Transversal”, nos reunimos en torno a esa querencia por la búsqueda de la magia de ese latido colectivo que compartimos. Aprendimos a situar en el centro del escenario el respeto sagrado al compás y así creció entre todos una música viva, con una naturaleza propia de son transversal que ya no quedaba definida dentro de ningún género concreto, sino que se nutría de aquello que es de todos para nacer como algo nuevo, algo que sí respondía a ese pulso común al que pertenecemos. 

La única tradición que se mantiene sola es la creación. Lo único que sucede desde siempre es la danza imparable de los planetas, la movilidad de la duna, el espejismo de una tierra que parece quieta y, sin embargo, como todo lo que vive, se mueve. 
El mago nos regaló una verdad, sencilla y poderosa, como todas las llaves: somos hijos del compás. 
Takadimitake Takatakite Takadimitakite Takatakite Takadimitakatakite Tá. 

Raúl Rodríguez. Marzo 2012.